Última Silueta


GEMA PALACIOS










Con Ana Mendieta


Permite que no escuche

aquello que vienes a decirme
con un pez temblando en la garganta.

Quisiera abandonar estos ojos
huecos, obstinados en morder
la costra pura del aire.

Mi lengua es el barco varado:
rocas verbales me arrastran
hasta el dintel de la herida.

Tiemblo como quien invoca
una música extranjera y aguardo
el rasguño innoble de otra voz.

Reclamo que al fin mi cuerpo sea
un simple trazo en el paisaje:
gesto amoroso, precipicio
de bocas, llaga en tierra.