Tengo el cuerpo lleno de árboles

MARÍA CASTREJÓN










Tengo el cuerpo lleno
de árboles se mueren las
plantas y me duelen las puntas
de los dedos Mi coño pide
agua arde me siento en el cojín
azul le engaño metiendo mis
pies en la caja de arena pero no
es el mar Los árboles se enredan
en cada hueso en un injerto
doloroso de campo apretado
de mesa de madera con sillas
para seis comensales Descubro
mi pecho para que palpiten
las raíces me araño la piel
en busca las ramas asfixiadas
y aprieto fuerte mi garganta
por si una hoja verde pudiera
asomar por mi boca de niña
perdida desnuda en el exterior
del bosque de cucharas que raspan