RACHID LAMARTI










Sentir la fuerza, el intervalo
o cualquier forma de poder
capaz de teletransportar
al otro lado de la calle, hasta
el escaparate de lo que podría
ser una tienda de elixires
a la que una puerta deslizante
pintada en la pared diera acceso
sin despertar a quien duerme
detrás del mostrador desde
hace días, como un samurái
con caparazón de tortuga
o un monje consagrado al error.