Lo que hemos construido


SERGIO ESPINOSA



















ANTÍGONA – ¿Quién sabe si allí abajo mi acción es elogiable?
CREONTE – No, en verdad no, que un enemigo… ni muerto, será jamás mi amigo.
ANTÍGONA  – No nací para compartir el odio sino el amor.


Las plantas muertas de sed bailan, extrañamente crecen por las paredes de esta casa. Se agarran con quejoso ritmo a sus propias raíces, justo ahí donde nadie las entiende, y crecen. Crecen enredadas pero evitan nuestros muebles, nuestros discos. Lo que hemos construido.

Anoche soñaste el engaño y yo soñé que subía corriendo una montaña. Conscientemente atravesé el deseo y caí en los arrozales, secos. Siempre he rondado esta sequía. Pero soñé que me agarraba a mis adentros, por primera vez me erguí sin duelo. Y eché a correr. La montaña asumió el daño y se hizo valle gris abierto. Las plantas muertas de sed hablan, se las oye claramente en este valle. ¿Escuchas lo que dicen? ¿Escuchas realmente?

Anoche soñaste el engaño. Dime si al fin despertarás, o si seguiré corriendo.