Qué significa lluvia en la sierra de Lokiz


REGINA SALCEDO 















Es como un baile, piensas, esta violencia tierna
Mujer varada (2018)




La lluvia significa…

que las piedras y el barro se lanzan cuesta abajo
prendidos de su manga
—aquí el suelo se mueve, no hay firmeza en la tierra—.

La lluvia significa
rocas que se fracturan
como duras manzanas,
antiquísimos huesos con trozos de mar dentro.

Lo leve
obligando a lo recio a danzar y mostrarse.
No, lo leve no;
la lluvia en realidad tiene manos inmensas.









Quedarse en casa mientras llueve significa…

estar al mismo tiempo por San Víctor
con los ojos-hocico buscando entre el tomillo,
el asnallo espinoso y el endrino.

Con pantalones cortos y sandalias no se puede ir al monte
—me recrimina un vecino—;
aquí todas las plantas son violentas.

Nuestra carne tiernísima es tan absurda...

¿Es violenta una concha de óxido y caliza?

Adoro el golpe seco de mi pecho cuando, de pronto,
¡una!









Decir voy a San Víctor significa…

conocer la pequeña geografía
de la yema de un dedo,
incluso percibir su tibieza sudada,
su sequedad callosa.
Puedes estar en él o que te envuelva
—te asfixie o te proteja—,
pero, mírate bien,
tú ya tienes tus brazos,
tus jalones de hueso,
no se funden
por mucho que los hundas
en un boj o un sabuco.









*A veces se desborda tan-violentísimo-amor
que ardo por rodar montaña abajo,
cubrirme de arañazos, pelarme las rodillas
y los codos.

Antes, cuando-fui-joven,
percibía estos golpes como agresión/rechazo,
pero siendo-ya-vieja
entiendo ahora que no,
la escondida ternura.









Que duela significa…

conexión inmediata,
embrutecida,
con olores rugosos y sabores rugientes.
El paisaje subiendo-que-te-sube por la sangre,
la piel despellejada.
El cerebro que escuece
y lanza un grito cárdeno.









*cuando has conocido la auténtica violencia,
la del hombre,
hasta la de la avispa resulta piadosa.









Encontrar el fósil de una concha significa…

vértigo de un tsunami tamaño continente
en tu mano cerrada, palpitando.
Des-cubrir
lo que estaba cubierto
por milenios de roca, por tiempo que se mide por cisuras,
estratos como montes cercenados
por hachas que únicamente dioses,
los imbuidos héroes…









Ese golpe en el pecho significa…

la reducción del mundo.
La detención del tiempo.
Única frente a Único,
revelados,

absueltos.









*ese golpe en el pecho es seco y aleteo,
y zumbido-libélula y flema en el tum-tum,
densidad en las células del tuétano,
crestas de lava,
corazón incendiado —fugazmente—
que me abrasa las córneas
y las quebradas uñas de los dedos.

A un niño, sin embargo,
le basta con el grito,
y brincaría, ¡sí!









Un pedazo de fósil significa…

preguntarse ¿es bello?, ¿es incompleto?
Notar zarzas en ti que se amotinan
queriendo triturar algunos muros.
Ahí, por un momento, se debaten,
se alzan.
Luego tu mano izquierda
abandona el fragmento sobre el musgo
como quien pierde un clip, la tuerca de un pendiente,
sabiendo que, ya en casa,
tejerás otra historia más redonda;
un perfecto tapete para posar los ojos,
la memoria.

La palabra avidez
igual que una canción sonando en radio ajena.









Una tierra agresiva significa…

que cavar un agujero, por pequeño que sea,
haga que se concentre el sudor en tu nuca,
el ardor en tus manos.
Significa picar —dentera— sobre piedras,
hallar algunos clavos retorcidos,
proyectiles de hierro; embriones de la sierra.
Te preguntas
cómo demonios hace para agarrar la vida,
que de pronto se antoja extravagante,
intrusa de sí misma.
Entonces re-conoces la pezuña,
la carroñera sed de la raposa,
el feudo de la espina.









Tu mundo significa…

esto                   o                  aquello otro.
También nada.
Todo es cierto
si atiende honestamente al pálpito
torcido                                         o                                   subterráneo
la bocanada de aire                 o                                   el casi agonizante
resoplido.









Un centímetro cúbico de suerte significa…

desear las orejas en punta de los zorros, su finísimo oído,
para un mundo que escucha
porque ahora tu vida le concierne.
Apretar en un puño esta creencia
hasta que exuda óxido,
hasta que el hierro siente tu calor retumbante
y lo torna lenguaje; una plegaria.











(del libro inédito Poesía inútil)