Larva

NOÈLIA DÍAZ VICEDO









Larva en la mucosidad del papel
estriado en círculos huecos.
Huecos. Huesos. Versos.
Vuelco en-de-hacia
Palabras enlazadas en la baba
primigenia de un dios sin dientes.
Larva en el tiempo envenenado
-¿de?-  
una casa, un coche, un silencio.
Silencio. Si necio. Re-nuncio.
Larva soy, eres, es.
Criatura hueca, arrugada
en el centro de la espiral
mientras el fuego
de la traición se levanta.
Tradición.
Lluvia traicionada.
Lluvia femenina que coagula
la vida de la larva.
¿Tienes alma? Pregunta
soy, eres, es una ilusión encontrada
en el altar de la fama.
Brilla una piel seca que cubre un cuerpo
falso-todavía- un no cuerpo.
No aún no. ¿Entonces cuándo?
Ahora soy etérea y no puedo llorar.
No hay lengua en la cavidad mucosa de la larva.
Vivo pegada. Fagocitosis mental.
Quiero re-nacer de las entrañas del fuego.
Larva eres y en larva te convertirás.
Ni siquiera en polvo.
Solo el espectro de la palabra.
Vapor. Halito encarnado en la muerte.
Larva. Late en el corazón del miedo.
Fragmentada. No nata.
Enmudece la sal y empuja.
Pero hay oscuridad cerrada.
La no existencia hilando mucosidad
hasta que Caos abra las piernas
y engendre un cuerpo.
Existencia blandiblup,
elástico moco de alma pegajosa.

Larva larva larva….
Mil veces larva
y se dibuja el amor.