Juego de los seres
YAIZA MARTÍNEZ
mejillas
Selene
Siempre los domingos el ara arde
y junto al Sol tapa los ojos a la Justicia Argéntea
que custodiaba la luna en el cielo
–y el concierto de su paso. La gravedad que agita las aguas.
Siempre los domingos el Padre le pega dos tajos al hueso
para indicar el sitio
del último golpe que el Hijo propina.
El argumento del mundo invidente
es que la trocean por el bien común,
y corren los Niños a masticarle el rostro
como ganan el miedo y pierden
la Escuela de las Órbitas
*
A los postres ríen sin saber leer, sentados alrededor de la piedra sacrificial que ocultan bajo un lienzo.
Pero hasta las burbujas del licor lanzan destellos de plata
y aún la masa de la luna todo lo alabea.
*
Salen del sacrificio creyendo
que el fantasma no avanzará en su elipse.
Siempre los domingos niegan
que tuvieron que agarrarse como insectos
para evitar el influjo.
Por el bien común,
el Padre le pega dos tajos a la reverberación ahogada;
dice nuestra paz.
Y el Hijo sigue. Y corren los Niños a masticarle el rostro
como ganan el miedo y pierden
la Escuela de las Órbitas.
Siempre los domingos el ara arde
y junto al Sol tapa los ojos a la Justicia Argéntea
que custodiaba la luna en el cielo
–y el concierto de su paso. La gravedad que agita las aguas.
Siempre los domingos el Padre le pega dos tajos al hueso
para indicar el sitio
del último golpe que el Hijo propina.
El argumento del mundo invidente
es que la trocean por el bien común,
y corren los Niños a masticarle el rostro
como ganan el miedo y pierden
la Escuela de las Órbitas
*
A los postres ríen sin saber leer, sentados alrededor de la piedra sacrificial que ocultan bajo un lienzo.
Pero hasta las burbujas del licor lanzan destellos de plata
y aún la masa de la luna todo lo alabea.
*
Salen del sacrificio creyendo
que el fantasma no avanzará en su elipse.
Siempre los domingos niegan
que tuvieron que agarrarse como insectos
para evitar el influjo.
Por el bien común,
el Padre le pega dos tajos a la reverberación ahogada;
dice nuestra paz.
Y el Hijo sigue. Y corren los Niños a masticarle el rostro
como ganan el miedo y pierden
la Escuela de las Órbitas.
La Escuela de las
Órbitas
Luna llena1
Mete el astro en la guarida y vierte el ajo de la fe en la olla de tu madre.
A cada loca guardiana del reino de tu cielo dile sí.
Dile sí al sonido del arrastre,
al susurro de la luz con que el agua dominas.
En el santo coágulo de tu esfera
traduce
la mácula hasta el hilo para alumbrar
la plata de tu boca como una araña.
Luna menguante2
Alza el vuelo la fragancia cuando el rayo saluda a la orquesta.
Las piezas del fruto siguen la música hasta formar un carácter.
Cada nombre entonado es una cosa
que va a su hueco en la vecindad.
Para el sonido,
todos los surcos han sido abiertos como los dedos del agua.
Para cada borde recita un destello
el fanal que eres.
Luna nueva3
Suena la música de la Tuba Uterina
y acuden los frutos con la voz armonizada.
Para la grabación del deseo,
lustras el tejido con mordiente
sobre el lodo ocre de los labios
como una marca vendrán
la succión y su partitura
Luna creciente4
Este es nuestro filo
antes de que arranque la marea
lo más alto y lo más bajo
Este es nuestro poder
la música de todas las direcciones
oscura en la mano
Quien decide la nada o el nombre
Esta es nuestra elección
Luna llena
Mete el astro en la guarida y vierte el ajo de la fe en la olla de tu madre.
A cada loca guardiana del reino de tu cielo dile sí.
Dile sí al sonido del arrastre,
al susurro de la luz con que el agua dominas.
En el santo coágulo de tu esfera
traduce
la mácula hasta el hilo para alumbrar
la plata de tu boca como una araña.
Luna menguante2
Alza el vuelo la fragancia cuando el rayo saluda a la orquesta.
Las piezas del fruto siguen la música hasta formar un carácter.
Cada nombre entonado es una cosa
que va a su hueco en la vecindad.
Para el sonido,
todos los surcos han sido abiertos como los dedos del agua.
Para cada borde recita un destello
el fanal que eres.
Luna nueva3
Suena la música de la Tuba Uterina
y acuden los frutos con la voz armonizada.
Para la grabación del deseo,
lustras el tejido con mordiente
sobre el lodo ocre de los labios
como una marca vendrán
la succión y su partitura
Luna creciente4
Este es nuestro filo
antes de que arranque la marea
lo más alto y lo más bajo
Este es nuestro poder
la música de todas las direcciones
oscura en la mano
Quien decide la nada o el nombre
Esta es nuestra elección
Luna llena
Notas
1Sangrado.
2Preovulación.
3Ovulación.
4Postovulación.
1Sangrado.
2Preovulación.
3Ovulación.
4Postovulación.
[Del libro inédito Juego de los seres]