Gestándose en el muslo de Zeus, Dionisio despierta


ARTURO SÁNCHEZ









Ahora que recuerdo el futuro, recuerdo lo que seré, si es que soy. Y si soy, ¿qué es lo que soy? Y lo que es, si es que es, ¿qué es lo que lo mantiene en pie, entero, sumergido en este líquido intocable? Mundo, te amo y te conozco. Y si el mundo es, es lo que yo soy, yo que siendo ya nada lo soy todo todavía: serena larva, soy todo lo que puede ser. Soy la ruta del norte y el camino del sur, la casa y el campamento, el lino y el pecho descubierto, la jabalina y la espada y el escudo, la uva y el vino, porque no soy nada soy ya todo, yo arrancado de mi madre, yo en la carne de mi padre, en la sangre y el hueso y el tendón duro y el tenso músculo, yo soy el mundo, mundo entero en todos sus tiempos posibles, yo soy todos los rostros de todos en todos sus tiempos y ademanes y avatares, soy el ánfora entera y el ánfora rota y el vino en el suelo, y soy el buey pastando y el buey tibio copulando y el buey sacrificado y el cuchillo sacrificial y el fuego y el humo que salió, sale y saldrá del fuego hacia los dioses, y soy los dioses, las diosas, los titanes y los hombres, cada uno de ellos, soy la ninfa falsamente espantada y el sátiro y la sangre palpitando en el falo del sátiro, el heleno que en la misma batalla sobrevive y muere, todo eso soy, yo que no soy nada ya, soy todo todavía, mundo completo, larva total, toda posibilidad cumplida, soy a un tiempo la elección y el descarte, lo que pasó y lo que fuiste cuando te fuiste de tu casa y cuando te quedaste en tu casa; soy el desenlace de la guerra que nunca estalló y soy la paz que no encontró la sangrienta batalla, pura posibilidad, soy ser simultáneo si soy, principio en el palpitar de lo posible. Si tú eres yo, estando en mí no conocerás ni conociste añoranza ni arrepentimiento, pues soy cada tú posible, cada posibilidad de ti, todos tus avatares soy, en todos los mundos posibles, cosmos completo contenido en un cuerpo, cuerpo completo conteniendo los cosmos, todo lo soy en mi todavía, en el todavía, con la punta de los dedos rozo la música y la filosofía, aeda, orador, campesino, esclavo y hoplita, gineceo y batalla, todo lo soy ya, todo lo seré todavía, pues soy mera palpitación, y mi nombre es lo posible. No tengas ya más inquietud, pues en mí serás todo lo que pudiste ser y todo lo que serías si, únicamente si, aún ese si es sinsentido, que yo lo contengo todo, os digo que yo lo contengo todo, la sangre del bárbaro y el festín del magistrado y la boca del oráculo y los oídos atemorizados de la madre que lo escucha, y la larva gestándose en el vientre de la madre, que por no ser nada todavía lo es ya todo, como yo, que un dios encubierto, total, húmedo y deforme soy, dragón y héroe, monstruo muerto y campeón vencido, hidra negra y sol encarnado, noche vacilante que esconde las formas, eso somos, yo, dioses de la noche que anulan las formas, noche en la que desaparece la mesa y la uva y el cántaro y el caballo y el cobertizo y el templo, noche que extingue lo que es para que todo pueda ser en la ausencia de forma, eso soy yo, noche sin camino y sin bosque, sin honda y sin ciervo, sin perro y sin arcilla, noche sin pan y sin colina, sin ágora, noche total en la que cada estrella es una larva, una radical luz insultante de lo que podría ser, y es en la noche sin formas, noche en la que lo ausente se gesta, tiranía unívoca cruel del día y palpitante posibilidad de la noche, todo eso y todo lo demás soy, soy dios de la noche, de la conciencia y de la vista, toda la noche entera y redonda soy, toda la noche indistinta seré que revoca las formas para que cante lo que no es que ya es, por siempre es como yo canto ahora, es decir antes y mañana, que soy mañana y ayer y hoy confundidos en el mismo charco de lluvia en el camino de barro moldeado por pezuñas de caballos y ruedas de hombres, ese barro multiforme y primordial soy, mezclado con heces del animal y lluvia de los cielos y sangre del soldado y heces también del soldado orinando y defecando entre espasmos mientras agoniza en el terror y el frío, y las lombrices bajo la tierra y el orín, y los dioses que lo observan resolviendo sus apuestas, eso soy y puedo ser, soy dios infalible, pues soy error y solución a la vez, el trágico oráculo y el cautivo rebelde, el huevo abandonado, el huevo fecundado, el huevo roto sin querer, el huevo devorado por la serpiente, y sobre todo la fría serpiente soy, que renueva su piel para seguir siendo lo que puede ser, la fría serpiente que es monstruo y medicina, igual que el vino, serpiente y vino, todo eso fui y seré, yo que por no ser aún soy el mayor de los dioses. Yo, que por no ser, soy ya todo. Yo, que por no ser, soy el dios de todos los dioses, dios total, todos ellos soy yo, pues no soy. ¿Pero será que debo salir afuera, donde abundan las fauces? ¿Debo desgarrar el muslo cosido de mi padre para ser? ¿Y para ser qué, qué podría ser el ser mejor que este ser total de tiempo que ahora soy? Yo que soy todo lo que será, ¿debo romper la roja carne y salir a la luz, al orden en el que alguna reina quiere mi muerte, al abismo en el que tengo que ser algo en lugar de todo? ¿Qué dios seré, si es que debo ser el dios de algo, y no de todo? Y si fuera el dios de todo, ¿acaso seré? ¿Acaso deberé como mi hermano ordenar el caos con luz, negándome así a ser el caos y la luz y el monstruo y el héroe? Que si debo ser, mi nombre será sacrificio. Que si el ser en verdad es, lo es porque algo no es, que injusticia y amputación y fratricidio son los nombres del ser, y para que yo sea yo no puedo ser, yo que ya le otorgo ser a lo que será ausencia, fantasma, remordimiento, fantasía, sospecha, nada. Por una vida mía muero infinitas veces en el tiempo. Cada acto elegido, cada ruta tomada, cada palabra dicha se deshojan de infinitas muertes del que actúa, anda, habla. Injusticia primigenia del mundo en la que lo que es parasita la carroña de lo que no es, ¿cómo resolverme a nacer? Seré todo o no seré. Y para serlo todo, no seré yo. Elijo no ser, si no siendo soy todo. Porque la única forma del ser es el devenir, larva, genocidio es el nombre de tu exigua metamorfosis.