Encuéntrase entre las hojas del libro de Historia Sagrada, al fondo del fondo de los baúles, algo que parecía purita piel reseca desplegada quebradiza. Un palito aplastado no era, los palitos aplastados  por la rueda no tienen cuatro patas, dos a cada lado del dibujo. Una hoja de roble no era, algo tenía de su color, algo en la forma, sí, pero no era hoja de roble, no. ¡Está todo tan roto que no hay pieza!
¿Una lagartija si sería? Él dijera: toma, sécala y llévala con tu buena suerte. La había cazado para mí porque quería ser un ángel. Una lagartija seca es un mundo entero.

LUZ PICHEL









un día cuando soñaba caía una gotita pum pum pum desde las tejas para la frente rodaba hacia la oreja corría para el cuello       qué fría la mano de la mamá

la casa estaba llena de hermanos de ovejas que olían a sebo y cerditos recién nacidos que olían a cerda madre        todo el rato olía a cosas o a animales o a hermanos

al chico de la lagartija yo le decía bésame de una vez    mucho mucho como en la canción    él no me besaba porque quería ser ángel      como si fuera la última vez se lo decía pero sólo sólo se lo decía en sueños nada más        decir no se podía

algunas palabras algunas de las veces las termino en -iña porque así se me avienen aunque no venga el cuento porque todo es grande      es por la costumbre     hoy no tengo ganas de rematar en -iña ninguna cosa     hoy tengo ganas de volver a soñar con la gota de agua en la frente y pensar que es la mano de mi madre algo fría y huele a gente

otro día le habían colocado la famosa lenteja sobre la lengua y él mantenía la boquita abierta como embobado con su legumbre allí       había que cambiarle los nombres a muchas cosas era un lío eso      estaba prohibido hacerse un columpio con ramas de robles porque te matabas     tener redondeles en la lengua mucho tiempo porque te ahogabas y contarle a nadie lo de la gotera  porque te morías de verüenza   ni a tu madre tampoco
había muchas más cosas prohibidas pero no viene el cuento     así que le dije sin que nadie me oyera porque también estaba prohibido hablar     le dije hueles a sebo y trágate la lenteja la tienes que tragar para que no se te pudra en la boca
pero él pensaba que sería pecado comerse el cuerpo del dictador      entonces  no pudo aguantarse más y gluck gluck gluck pa dentro se acabó         no te preocupes le dije escribiéndoselo en un papel para que no nos vieran hablar     le dije las lentejas de Dios son de mentira        eso le dije para que parara de llorar

luego nos fuimos a algún sitio       queríamos hacer flautas con palos de saúco para montar una orquesta     y las hicimos muchas pero sólo sonaban en nuestra cabeza y los hermanos    que los había por todas partes y también hacían orquestas   dijeron que vaya mierda de flautas

y ahora no sé por qué se me llenan tanto los libros de bichos secos si está prohibido