Del tiempo, la primavera


JUAN ANDRÉS GARCÍA ROMÁN









Para Katie


Tuvistí conmigo,
distemí la mano

—le dice en una lengua,

le habla en imperativo
de pasado:
Vinistí, distemí

la mano.

Distimilá.
Hay ciertos ruiseñores
por los que mana de noche
el canto de la mañana.

Era uno de ellos. Uellos
nidios, tus ojus.

Y con tanta rabia
llora que hace ondear
un lienzo bajo las montañas.

¡Eso tenía! Que le enfermó el
pasado. No hay salida
ni hay soledá:
abrirunse los dias.
Entraremus
al pasado

como las bezbas
entran a las floris
i de las floris
van a las celdas
i vuelven a las floris.




*




Lago en la isla,
¿probarás el océano?
Lo probaste. Será
o fue: es.

Un terremoto
es menester. Un terretemblo.
Ojus de la color
que gotea, pupila
de lo que falta.

Falta menos. Un velo
mus aparta. Sacastemí
el velo. Mus aparta
morir. Distemí la mano.




*




Distimilá.
Esta herida
en el otro mundo
es una flor

de otro mundo.
Pupilas dilatadas. Se levanta.
Camina por el jardín.
En esta escena
cantan los ruiseñores,

cantan tan fuerte
que se van a morir
que hasta se saliniza

el lago
de deseo. Y cuando cree
que amanece:

¿Quién va, eres tú,
todavía eres
tú (y quería decir:
Eres ya tú),

amor mío?




*




Los ojus i las manos.
Lo que fuera
que veía, tenía.

Cáliz que delimitan
dos rostros enfrentados.
Ya estás, estáis.
Besaos la frente, el tiempo,
los ojus y la boca. El corazón

ya está en el cielo,
ya tiene dentro
el vino.






Huron. Katherine Kerouac