Cuidados neonatales


MARÍA CASTREJÓN










Y empezó a no hablar.
Dionisio Cañas



No sabías andar Tu casa
era una cama partida en dos
Yo habitaba la otra orilla que
cruzaba para abrazarte besarte
Nuestras manos delgadas se unían
en la brecha porque tenías miedo
Apretaba Yo también estaba tan
asustada de tus bellas piernas
esqueléticas que brillaban más aún
cuando despacio para no hacerte
ningún daño te daba Nivea también
en tu espalda llena de amapolas

No sabías comer Los alimentos
venían en una aterradora bandeja
abríamos las tapas y sabíamos que
solo querrías la compota Te la daba
poco a poco Te decía esta es la última
cucharada y tus ojos del color de los
míos se relajaban Un día no hubo más
compotas ni cucharillas endebles sino
un tubo de plástico Me llevé tus dientes
No tuvo tiempo de venir el ratoncito


No sabías hablar El médico con su bata
blanca nos dijo que eligiéramos si ya
queríamos dormirte para siempre que
solo dolías Nos apoyamos en las paredes
antes de decir que obviamente supongo
que este era el gran parto Mientras respirabas
te besaba te abrazaba te quiero papá y
dormía con mi pijama de Casper en un sillón
reclinable tu respiración me mecía entre
el gusto y el pavor



Ya no sabías respirar entonces no podía
abandonarte Te hablaba porque dicen que
escuchan los fetos Te abrazaba te acariciaba
te besaba te olía a Nivea Horas A solas contigo
Hasta que vinieron a buscarte Tenemos que
llevárnoslo dijeron Creo que te metieron
en una bolsa Espero que no olvidasen el líquido
amniótico Tú querías volver con tu madre