Cacareo de una madre zombi a su vaivén


LOLA NIETO










Wanda, pulguita, Wanda, camino andamos de Bilibid. Esta tarde se me cayeron cuatro dientes y el lóbulo de una ureja, en licuando, anda colgante como un chiclito de carne tritureta. Donde he perdido algo piso más suavemente. Wanda, pulguita, hablaremos de los brotes, ya que brutiste de la tierra y a la tierra en regresar piularemos. Había un canal de irrigación y de ahí cascaron los primeros tulipanes de la isla. Les dijeron fragua de pelusa demmarrañar. Al prínceps, te movías mucho, tanto que sentía un zeremino de aguadulce. En la isla todos devinguieron choteros, una extrema transfurmación instantánea que fugacera transmutó la vivencia y el claqueo en rugidos más carrasperos que el del pinki. Lo tuve bien claro y estridente. Había que largarse en corriendo de piernas. Tenía ya mi tripa consolidada pero qué remedio trasponer si acaso de medias perneras o cuderas, lo que fuera por intentar. Detener en lo horrendo te devuelve un instante de maravilleo. Resultó que desenvolvíme di vivaz y di resuelta de esquivar por siempre gracias a la azada que, en rebanando cránius de los vecis de mi aldía, se convirtió en mi mejor estrategia de abolir, despachar brotes. Jisú María Jusé, permítime un flotamiento en las aguas que encarcelan esta isla de tulipanes del diablú. Alelu Siñu,  haci que satanasitu no alcancéme el muflete y destripelu como a mi comadre la Magda Magdalina. Así en rezamiento corría agarrando el triponcio gordo rotundu y reventón, miedo pasé por salieras de cualquier ventura dolorosa y sin utensilios de arar. El cielo se toca con la mano que sabe penetraciones. No quieras para el proj lu qui a un hace remachar. La espalda enadetrás sobre la licuera ría de caldo en barro y tú de medio fetus medio ladus me serviste de punto suspensión y boya. Llenar nuestro hueco con la burla. Así fue en la vide de aldía en cuando el vencinderio chotábase de mí por regentar un melón crecidito y a finales albirgar crecimientu en milón de vientre. Por eso todos procesarun infirmidad del tulipán endiablau que, por decir, diciremos que fue el cura quien traju la semilla de la calle del prugresar, en domingo de resurrecciones al vulvir de su estancia de agasajos en la ciutá de Bilibuí. Pulguita, Wanda, en el agua veíanse las caravanchas de zancudas priosas sobre el cielu. Maté, en primera posición, a tu padre. Devingo ya tulipán infirmidad, quier di qui tien el cerbel de flujedá, com el rest dhoms daldía. Maté, en segunda posición, a tu padre porque al ser tocado de tulipán caracterízase de no morir nunca. Luego, en huyendo, sábete la histuria di fin. Sobre lagüidad un tulipán mordíme el brache y transfurmí, per cerbel intact  mi respectú. O no, en verdá. Por cada instante de goce una angustia hay que pagar. Wanda, no nacimiento, pulguita, cariño de los muertos, en milón vintre per siemr. O no, pudiera que la tulipa hiciérate no muer no viv y, por ende, infirma tulipán per sangre transmitida. En esa casuidad mordíme de por enadentro en fachendo una cuerda virginal endemí endetí. Quien tien corazón de orquídea pinki color son las ciénagas de juni. Ahoru vam caminitu Bilibidu, per allú dijemus una vaca y tres ternerus de haber de alimintar con asílca y berrus, con triticu y besus, con asílca y berrus, con triticu y besus.