Atrabilis

PILAR MARTÍN GILA









Rodaba por el puente en casi todos los sueños. Y el ruido parecía venir del pasillo. Pero era la escalera del puente. Las tablas de la escalera. El puente. De golpe. Mientras mi madre aún sabía cantar. Y cantaba. Aunque pronto olvidó que sabía. Y lo confundió con lo que nunca había llegado a saber. Todo tenía alguna cosa imposible. Que se perdía sin remedio. Lo que no era imposible, parecía un milagro. La escuché morir al otro lado del mundo. No tengo consuelo.