Alba


BEGOÑA UGALDE










*

Despiertas apenas el sol asoma
entre las cortinas desteñidas
despierto cuando tu voz vibra cerca
de mi tímpano, caracol dormido
arriba mamá arriba
ya es de día ya es de día arriba vamos
me quieres con los ojos abiertos
pero yo aún bailo en círculos
extasiada
en una fiesta de panteras
garzas y serpientes de agua
que cambian de piel como intercambiamos
nuestros vestidos
y acaricio despacio el pelo celeste
de una amiga de siempre
que no había visto hace tiempo
mientras me susurra al oído que todos
absolutamente todos los volcanes
submarinos
están a punto de hacer erupción


*


El magma se abre paso
desde el fondo de la tierra
una boca anónima besa mi cuello
seguimos bailando esa percusión
que sale de todos los cuerpos
el sudor es un manto que nos hermana
pero no me hago parte del fuego líquido
ni del estallido final
y pierdo entre los matorrales mi disfraz
de hiedra venenosa
porque una vez más me obligas
a apreciar como si fuera una isla nueva
en medio del océano
el milagro predecible del amanecer


*


Perseguimos los primeros rayos
de un sol tímido
exploramos otra vez
las plantas del patio trasero
tus ojos todavía llenos de lagañas
como migas de pan que lanzamos a las tórtolas
aprenden rápido las tonalidades ámbar
púrpura, ceniza, cereza
con que escribe el otoño
sobre lo que aún respira y deja
de respirar

como si una sangre antigua se derramase
como si la estación de los frutos secos
presagiara la quietud que anhelamos


*


Con la regadera lavo mi cara y tu cara
trato de borrar el sedimento de estos meses
tan parecidos entre sí
como las casas de este barrio periférico

La charca  que pisas descalzo
el tenue brillo de tus dientes de leche
me devuelve el bosquejo de una sonrisa
barro y hojas secas que ahogan el abrazo


*


Las primeras horas del día se oxidan
como la fruta que muerdes y abandonas

tengo frío
prendo un cigarro
te acercas a despejar el pelo que cubre mis mejillas
mi gesto se ablanda al contacto
de tu mano ínfima


*


El jardín siempre es el mismo para mi
el jardín nunca es el mismo para ti
pero los caracoles son un mismo caracol
cuya concha es un mapa absoluto del cielo
y a la vez un laberinto
que se reproduce cada mañana y canta
muy despacio
su coro tornasol


*


Intentas alimentar al caracol y sus réplicas
ofreces las hojas más tiernas del tilo
pero ellos ignoran el sustento fácil
en cambio tú aceptas encantado
lo que te entrego como primera merienda
muerdes de a poco una pera de oro
su jugo chorrea hasta tus codos
yo bebo el néctar de un cardo violeta
imito a las abejas y a las mariposas nocturnas

Saciada
esparzo lentamente crema solar por tu espalda
estudio sus manchas de nacimiento


*


Te aferras al tronco y sus senderos de hormigas
te susurro desde lejos:
el vacío que protege la concha es nuestro refugio

con atención científica
observas de cerca el rocío sobre el cactus
sus telarañas
y la coreografía del caracol
cuando eleva sus cachos al sol del medio día

su baba, su tránsito brillante
son ofrenda al calor que  ahora nos quema
los hombros 

y tu risa tu risa tu risa
es un regalo que no sé
de qué manera agradecer
a eso que llamamos vida


*


Intento reconstruir el momento en que saliste de mi cuerpo
la muerte y la resurrección dejaron de ser misterio
porque de pronto tú necesitabas mamar
abrirme la carne con tu lengua navajita
y permutar el placer en dolor y de nuevo placer
convertir mi sangre en leche

ser tu alimento
ser yo para ti
ser yo para ti
ser yo para ti

ser nadie y todas
ser todas y nadie


*


Lo comprendes todo
porque me has vivido dentro  
hemos sido una misma carne asustada
un mismo pulso
afinamos en el parto la melodía de la prisa
 y el reposo

¿sabes?
pude en mi arritmia
contener tu corazón
pequeño como una nuez
que encierra toda la luz del universo


*


Las metáforas son insuficientes
para hablar de este fenómeno
de desdoblamiento
donde tú no eres yo ni yo soy tú
pero nos sentimos cuerpo indivisible

Como  las dunas  son paisaje móvil
y su piel se estira se contrae se amolda
según el correr del viento
como se amoldan tus nudillos
en mis manos
como tus manos se hunden en mi pecho
buscando un calor que yo no sé

Y entonces soy toda arena tibia
hogar de lagartos
y otros animales pequeños
de sangre fría


*


Escucho  en la radio
mientras tomo mi café instantáneo
que estalla otra guerra
el mundo se acaba de nuevo

ahora mismo
 se extingue el jaguar
la selva se consume
como el cigarro entre mis dedos

y yo solo pienso en el brillo de tus ojos
pedacito de astro incombustible

en que el sol es tan antiguo
en que tus dientes de adelante caen
y estos días aprendes a leer
a diseccionar las palabras para decodificarlas
a comprender que las letras son dibujos que contienen
una arteria que es sonido

que dentro de cada silaba hay un pulso
que esconde el poema como si semilla
o bomba de ruido fuera

yo no quiero que olvides las bandadas
de golondrinas o albatros o garzas
que vemos pasar cada mañana
los versos  transparentes que dibujan en el aire


yo quiero que seamos siempre tribu
que no dejes de apoyar tu oído en mi corazón
analfabeto
y que sigas leyendo en mi lenguaje de señas
los designios que solo tú entiendes


*


Gracias al brillo de tus ojos
luz divina que enceguece
y me devuelve la claridad
que se mete en mis células
las transforma en luciérnagas

me comprendí madriguera
y a la vez
abismo

me comprendí también zurco
vulva multiorgásmica
pupila siempre abierta
umbral de tierra y fuego


*


Todo es al fin y al cabo
descenso
todo arde por un costado
u otro
y  sin embargo
para todas alcanza
el pan y la vendimia

como tu beso también es un poco
el sol y la luna
y el fulgor precioso del meteorito


*


Entonces tus ojos son también mis ojos
toda noción de ternura nace de ellos
del ronroneo de una gata que soy yo misma
o los sueños de hijo gata y yo mezclados
como una mata de pelo que se enreda y desenreda
que se aloja en la boca del estómago y después
se expulsa
y viene el alivio


*


Tus visiones  me enseñan cada día
una nueva lección
correr con todas tus fuerzas
saltar sin pensarlo mucho
beber el silencio de la noche
como si fuera agua bendita

Agradecer la lucidez que acompaña
el alba


*


Esa luz que es de todas y de nadie
esa sombra que es otra clase de luz
el reverso del primer tacto de las primeras horas
la desobediencia que es siempre fiesta
el timbre agudo de tu voz

son ahora
mis únicos mandamientos


*


Antes de dormir me pides
que te cuente una fabula breve:

Los pájaros encerraron el sol en una olla
El mundo se oscureció
Se detuvo el tiempo
Se murieron los animales

La vida volvió cuando los pájaros
dieron vuelta la olla
de escapó el sol
de iluminó el cielo

y todo volvió a la vida