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zombies walk

LAIA LÓPEZ MANRIQUE


    vamos, dése la vuelta de una vez y camine, déjese arrastrar por el buen sentido, por los cientos de brazos alzados en pos de cualquier cosa, abandónese ya sin tristeza y sin cólera, como un gusano inexpresivo, como ellos, todos, desvencidos. sí, sí, no me mire con cara rara, he querido decir exactamente eso: desvencidos, no desvencijados ni rendidos ni nulos, simplemente desvencidos, alrededor de usted bailan con sus cuerpos deformes como una raíz de jengibre, trozos de carne y baba sanguinolenta, eructando con un deje de aliento cítrico y biliar en la boca. pero usted no sabe, usted no sabe cómo les ha costado llegar adonde están ahora, ¡es tan difícil dejar de ser!, toda una vida pretendiendo dirigir a voluntad los pasos, controlar la conciencia, individuarse, ¡y no sabe aún que lo más complicado es dejar de ser!, eso es tan dulce, dejar de ser y dejar ser, como una tierra prometida hacia la que no se avanza, pero una vez encontrada por azar es insustituible. ¿no les ve?, delicados en su putrefacción, cómo se mueven, primarios, ¿no se acostaría con todos?. no me lo diga, usted no es de esos, qué va, a usted le gustan otras cosas, las bellas personas, las personas bellas, ¿pero es que no piensa girarse hacia ellos?, mírelos, se lo ruego, hágase ese favor, mire cómo asoma asquerosa, obscenamente la huella transparente a través de su lengua: una vez tuvieron algo que les hacía humanos, una vez, pero por suerte lo lograron dejar atrás. ¿usted mira atrás cuando camina?, no lo haga más y avance, avance sin medida y sin pausa y sobre todo no se le ocurra inclinar de nuevo el cuello para ver lo que ha dejado, y siga, así, en calambre sin lo que no podrá poseer ni una vez más, deje la estupidez de Orfeo para los poetas, escuche la música rancia, el ruido del caldillo libidinoso y marcial de sus órganos que chasquean dentro para aniquilarse fuera bajo los dientes de algún otro. ¿qué es un órgano más o un órgano menos?, ¿quién es el otro cuando solamente hay que ver en él un puré de piel y tejidos?. déjelo ya, no nos joda más y abrácelos, no se resista, abra sus piernas con sencillez y entrega, deje que le arranquen un trozo de nalga, goce la mutilación y mutile usted: no lo dude, no hay daño donde nada animal ni humano respira, solo la condena de no poder desaparecer del todo, como si se tratara de la almita degradada de un fantoche, ¿pero qué alma?, apenas un chiflido como los que se oyen en las cabinas que usan para detectar a los niños sordos, un PIIIII PIIIII chirriante con abscesos y espumarajo en la barbilla: ése es su único posible idioma. pero olvídelo y claudique definitivamente, nunca más un idioma, nunca más lo que usted entendió por mensajes, por signos, nunca más la peste negra y biyectiva de las correspondencias, nunca más ser dos, ni uno, unigénito y tedioso,  ni cero, cero, cero, y en cambio ir, ir masa, ir propagación, infectos y soldadura, ah los extinguidos.

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