Hacia el padre

MARIANO MARTÍNEZ




En la memoria
están las manos de padre,
como un lugar lejano,
dispuesto adentro,
en la montaña que fluye,
en los abedules desnudos,
donde al mismo tiempo
la sutura y el milagro.

Tiene voz en nuestra fuga,
habla por ti y por mí,
nos acerca el fruto,
como un signo de ofrenda,
en la pálida yema de hierba
que vuelve a separar las aguas.

Es nudo antiguo,
mientras volvemos a cubrir la casa
con ríos y moreras,
amasamos un refugio,
somos ternura
mientras la casa huele a álamo antiguo.

Y la luz. Siempre. Aunque no.