[17—branquia]

FRANCISCO FUENTES









² luego metes cuatro dedos dentro de tu boca


[...] después del atropello no sentía la pierna pero podía correr con las manos como un (perro) de tres patas / me apoyaba en el heno (tibio) y casi podía llegar donde estaban mis amigos representando momentos de nuestra infancia como un friso griego / goteaban pintura blanca, estaban hechos de pintura blanca mis amigos (y dejaban) charcos de sí mismos en el suelo mientras luchaban por secarse antes de desaparecer —todos estábamos dentro de una branquia y podíamos sentir cómo se abría a veces y escuchábamos gritos: {¡Do! ¡Do! ¡Do!} Entonces golpeábamos las paredes blandas y también nuestros pechos porque algo había que golpear para que la percusión no se detuviera y la vibración nos calentara las entrañas. /aunque al trasluz podíamos vernos/ —Éramos frágiles y nos quemaba la sal —pero nosotros sí sabemos que crecer es asentir a las estrellas que nos lamen la tráquea.(y) mientras, la canción del mundo sonaba amortiguada en nuestros sueños / porque si lo aceptamos solo somos una caja un cráneo un tórax que se deshace (como un nido / abandonado) [...] por eso intenté pegar plumas a mis amigos para que al menos su forma perdurara pero con el aire las plumas los hicieron volar y me quedé solo con un reguero blanco de mis amigos y me abracé muy fuerte y esperé